Lovecraft regresa melancñolicamente en una revista de"Ficción Oscura" llamada Cthulhu.
Hace poco un amigo de España (Joseph) me mandó (a México) un paquete de libros y revistas, en los que incluía tres tomos de una revista llamada Cthulhu, editorial Diábolo.
El nombre obviamente fue tomado del ícono de Lovecraft, su firma representativa. Incluye comics y relatos, así como algunas viñetas de El Joven Lovecraft (del que hablaré después).
En su primer tomo, homenajean a Lovecraft por su 70 aniversario de muerte; podemos encontrarnos con adaptaciones de sus relatos, por ejemplo 'El Grabado en la Casa', una historia corta del Maestro. Humildemente me gustó mucho, es un clásico cuadro en blanco y negro con sombras y contrastes sencillos, que aún con ello no dejan de impactar y consternar al lector.
No delataré el contenido de la revista, pero en ese tomo Cthulhu hace aparición discretamente en un capítulo.
El tercer tomo, hace referencia a M.R. James, escritor de fantasmas que tengo que buscar porque me encantó su cita: "Un cuento de fantasmas, debe trasncurrir en un marco familiar y contemporáneo que lo acerque a la esfera de experiencias del lector. ... los fenómenos deben ser malévolos mas que beneficiosos... ....el miedo es la principal emoción a suscitar."
Las historias y comics incluidos en esta revista tienen diferentes características, son un poco mas crudas y escalofriantes. Manejan mejor las emociones y la habilidad para impactar y 'advertir' es fenomenal. Este tomo refiere a Fantasmas, pero no los típicos y trillados, mejor dicho, sí, los típicos y trillados pero evolucionando a otro plano mucho más allá de lo habitual.
Por último y para no hacer tan largo y tedioso este post (rápidamente se puede notar la diferencia con los otros colaboradores que son más dinámicos que yo, una disculpa je) tenemos al invitado R.L. Stevenson que argumenta:
...Edward Hyde, único entre los hombres del mundo, era solamente mal...
Tiene un poco más de artículos y textos para analizar, eso sí sin descuidar los comics e historias.
Como resumen de este post, puedo recordar tiempos en que los escritores se comunicaban con colegas por medio de cartas, que se reunian y organizaban revistas literarias, donde publicaban sus textos, corregian, adaptaban... donde lo importante no era la cantidad de ejemplares vendidos, ni lo comercial, sino la calidad, lo trascendental, lo real. Ese es el arte, no es cuantas pinturas vendas o cuantos libros publiques al año, sino cuántos años perdure tu historia, tu personaje, tu universo.
Cthulhu (la revista) podrá hacer algo positivo por el mundo, podrá recordarnos a los buenos escritores, quizás se enfoca en el terror, horror o ficción oscura, pero nos expondrá la realidad, lo comercial puede vender y producir películas en hollywood con gran taquilla, pero la calidad en la escritura va mucho más allá. Deja una huella tan profunda como las pisadas del propio Cthulhu (el Dios).
Od lod ydolo od muañ.
Eyra Wong
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