16 mayo 2010

Derribando aviones con globos

Como todos los grandes conflictos armados, la Segunda Guerra Mundial supuso una revolución industrial y tecnológica para los países beligerantes. Curiosamente, a pesar de la innovación armamentística de la época, para combatir los bombardeos a ciudades y otros objetivos estratégicos se recurriría a una invención del siglo XVIII: los globos aerostáticos. La utilización de globos cautivos jugaría un papel clave en la defensa de Londres, el desembarco de Normandía y la batalla de Moscú, dónde este sistema sería utilizado de la forma más sofisticada y masiva.



Operación de arriado de un globo aerostático soviético en 194

Globos en combate hasta la Primera Guerra Mundial


La primera vez que se utilizó un globo aerostático en combate fue en 1794, cuando el ejército francés usó el globo de reconocimiento l’Entreprenant para observar los movimientos de las tropas austriacas y alzarse con la victoria en la Batalla de Fleurus. Durante el siglo XIX y principios del siglo XX el uso de globos se extendería entre los principales ejércitos y conflictos de la época, como la Guerra Civil Estadounidense o la Guerra Ruso-Japonesa.

Hasta la Primera Guerra Mundial los globos fueron utilizados militarmente para tres propósitos básicos: el ya mencionado reconocimiento aéreo, el bombardeo de objetivos enemigos y el transporte de personal, material y correo.

Con el desarrollo de la aviación y la aparición de los primeros bombarderos, con un techo de vuelo muy limitado y sin sistemas de mira que permitieran arrojar los proyectiles con precisión, los globos aerostáticos tendrían una nueva utilidad como elemento defensivo: creando barreras de globos anclados al suelo se obstaculizaría la posibilidad de volar a baja altura, por el riesgo que suponían los propios globos y cables de sujeción, se forzaría a bombardear desde mayor altitud, perdiendo consecuentemente precisión y capacidad de sorpresa, y se facilitaría la actuación a las defensas antiaéreas y a los cazas interceptores.

El ejército británico fue pionero en la utilización de barreras de globos, desplegándolos por primera vez en los últimos años de la Primera Guerra Mundial para proteger Londres de los bombarderos alemanes. Estas primeras barreras estaban compuestas por grupos de tres globos, distanciados entre si unos 450 metros, unidos mediante cables de acero y elevados a una altura de hasta 3.000 metros.


Prototipo de globo británico en la Primera Guerra Mundial

Durante el año escaso que los globos protegieron el perímetro de la capital inglesa el resultado fue muy satisfactorio, ya que prácticamente anularon la capacidad de ataque a baja altura de los bombarderos enemigos y permitieron que las defensas antiaéreas y los cazas de la RAF actuaran con gran eficacia en la estrecha franja operativa que les quedaba a los aviones alemanes.

Globos aliados en la Segunda Guerra Mundial
El éxito cosechado por las barreras de globos en la Primera Guerra Mundial hizo que en la Segunda el ejército británico pasara de utilizar un puñado de ellos a más de 2.000 unidades. Aparte de ligeras mejoras técnicas, el único cambio sustancial en su forma de uso fue que se pasó del izado conjunto al individual, permitiendo así un despliegue más rápido y un manejo más ágil. En esta ocasión no sólo se utilizaron para proteger la ciudad de Londres, sino que además se desplegaron sobre objetivos estratégicos como aeródromos, puertos y edificios importantes. Un globo de casi 20 metros de largo y 8 de diámetro sobre un objetivo concreto suponía un importante obstáculo añadido a cualquier tentativa de bombardeo en picado, como los realizados por los famosos stukas, que se lanzaban a toda velocidad contra los objetivos para lanzar sus bombas.
Aunque los aviones habían ganado capacidad de volar en altura respecto a la Primera Guerra Mundial, los alemanes siguieron desquiciados por la presencia de las barreras de globos e intentaron por todos los medios posibles acabar con ellos: desde realizar misiones dedicadas específicamente a destruirlos, hasta equipar sus bombarderos con todo tipo de artilugios para esquivar y cortar los cables de sujeción. Todos estos intentos resultaron demasiado costosos en pérdidas y poco efectivos, ya que los globos derribados eran repuestos al cabo de poco tiempo.


Bombardero Heinkel accidentado por culpa de una ‘modificación anti-globos’ inestable

Además de la defensa del Reino Unido en la Batalla de Inglaterra, los aliados utilizarían los globos aerostáticos en otras ocasiones, como la protección de la costa oeste estadounidense en 1942 o el despliegue en el norte de África y el Mediterráneo. Pero sin duda alguna, el otro momento clave en que serían utilizados fue el Desembarco de Normandía, cuando centenares de barcos navegaron cubiertos por globos para impedir el bombardeo por parte de aviones alemanes.


Desembarco de Normandía, 6 de Junio de 1944

Globos soviéticos en la Segunda Guerra Mundial
Inspirándose en la experiencia británica de la Primera Guerra Mundial y de la Batalla de Inglaterra, la URSS también decidió utilizar globos aerostáticos para combatir los bombardeos masivos que la Luftwaffe lanzó sobre Moscú, en el intento de Hitler de tomar la ciudad entre 1941 y 1942.
La defensa soviética contra la aviación nazi se organizaría mediante tres círculos concéntricos: en un radio de 120 kilómetros del centro de Moscú se encontraban varios aeródromos con la misión de enviar cazas a interceptar los bombarderos alemanes entre 150 y 200 kilómetros de la capital, a 35 kilómetros del centro empezaba el despliegue de focos y defensas antiaéreas, y finalmente, en un radio de 8 kilómetros, se desplegaron centenares de globos aerostáticos en forma de tablero de ajedrez, cubriendo todo el centro de la ciudad y los edificios más importantes.

Cada puesto de la red de globos contaba con un equipo de 12 personas y dos globos idénticos, que podían ser izados por separado, logrando una altura de entre 2 y 2,5 kilómetros cada, o en tándem, logrando hasta 4,5 kilómetros de cobertura:

Esquema de despliegue de globos en modo tándem

Además de los beneficios aportados por las barreras de globos ya mencionados anteriormente, los aerostatos soviéticos fueron equipados con minas que colgaban de sus cables de sujeción. Así, si un avión enemigo impactaba con sus alas contra el cable, no sólo corría el riesgo de dañar gravemente la aeronave y estrellarse, sino que podía ver como en deslizarse el cable la mina acabara impactando contra el fuselaje. Desde Agosto de 1941 hasta el final de la Batalla de Moscú, 120 aviones alemanes cayeron víctimas de impactos contra los cables de acero y 35 estallaron en pleno vuelo al detonar alguna de las minas colgantes. Recreación:


Ante semejante mortaldad, los alemanes desplegaron cazas con la misión de hacer estallar los globos, pero como estos eran repuestos con cierta facilidad y la respuesta por parte de los cazas rusos y las defensas solía ser contundente, los bombardeos nazis pasaron a ser generalmente nocturnos. En consecuencia, para poner en riesgo los bombarderos enemigos pero evitar ser destruidos durante el día, los globos eran izados por la noche y arriados al amanecer. En total, el número de aerostatos desplegados fue de más de 3.000 unidades, siendo izados un total de 300.000 veces en el transcurso de la Guerra. Las bajas alemanas sobre el centro de Moscú ascendieron a 491 aviones, entre abatidos por disparos e impactos contra globos.


Caza Messerschmitt Me-109 derribado

Además de la batalla de Moscú, los globos soviéticos fueron desplegados en otros enclaves, como la ciudad de Leningrado. Precisamente en esa ciudad fue tomada la siguiente fotografía, que muestra como era transportado el gas que serviría para hinchar los aerostatos defensivos:


Transporte de gas en Leningrado

Este genial post proviene de http://sovietrussia.es, un saludo a los colegas.

2 comentarios:

Zyyxx dijo...

vaya .... no sabia que los globos ..hayan sido tan utiles.por esos tiempos...a veces me agrada leer sobvre las estrategias tacticas ...ocupadas en los periodos de guerra..son creativos... faltaria despues ver los experimentos realizados y fracasados( y uno mas safado que otro)

J Darien dijo...

gracias por comentar, a mi tambien me sorprendio, de hecho lo lei con cautela y me convenci de que fue una gran estrategia, es aqui donde se nota el ingenio...

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